“Tengo 30 años de hacer turismo en Costa Rica” bromea Eduardo Trujillo Aguirre, un artesano emigrante colombiano, cuyo negocio es la producción de exhibidores acrílicos.

Logró establecerse , formar una familia y una microempresa que se dedica a la fabricación exhibidores , porta-brochures, y otros objetos hechos con acrílico.

A sus 64 años, comenzó a manifestar de forma sistemática un talento oculto.Del diseño de exihibidores acrílicos poco a poco, surgió el arte, el color y la forma abandonaron lo práctico y cotidiano acercándose a la búsqueda de significados. La creatividad y el juego se convirtieron en un fin en si mismos, placer de crear se hizo presente.

Sus inquietudes artísticas se acentuaron durante una serie de internamientos hospitalarios de su esposa que lo motivaron a evitar la preocupación, concentrarse en los sobrantes del acrílico que utilizaba cotidianamente para pintarlos y transformarlos.

Las técnicas y herramientas de su taller ubicado en el Barrio Iglesias Flores en el centro de San José, con los que produce los exhibidores son las mismas que utiliza para crear esculturas y pinturas.

Cortar, lijar, quemar, pintar antes en función del diseño , ahora son usados con ritmo, textura y composición.

La personalidad juguetona y paternal se expresan en las obras escultóricas de Trujillo. De forma autodidacta, con un estilo caótico, sin bocetos, plantea diseños y temas con lo que se siente comprometido.

La paz en Colombia, la mujer, la gestación, el consumismo, los animales, la
naturaleza, física cuántica.Un niño grande que toma en serio jugar y crear.

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